Desde que la tendencia criptográfica comenzó a ganar terreno, las instituciones han señalado estas monedas alternativas como una gran amenaza para la seguridad global. Según estos cripto opositores, el anonimato y los canales alternativos fuera de las finanzas tradicionales proporcionados por el dinero digital permiten que los peores delincuentes del mundo financien su trabajo.
Desde el punto de vista de los hechos puros, es difícil negar que las organizaciones ilícitas utilizan ampliamente las criptomonedas. Las organizaciones terroristas, por ejemplo, usan criptomonedas para comercializar drogas, armas y otros artículos en el mercado negro.
Hace casi una década, sitios como 'Financiar la lucha islámica sin dejar rastro' comenzaron a aparecer en la dark web facilitando las transferencias de bitcoins a los yihadistas. Incluso hoy en día, la falta de regulación en el ámbito cibernético ha abierto la puerta a muchas organizaciones criminales y terroristas para utilizar las criptomonedas como una fuente vital de financiación.
Esta tendencia es especialmente cierta en Asia y el Indo-Pacífico, donde la adopción de criptomonedas está superando la supervisión del gobierno.
En primer lugar, las criptomonedas no son inmunes a la supervisión e incluso a las normas instituidas por el estado. Como muchos investigadores han estado destacando durante al menos los últimos tres años, la cooperación policial en los dominios de ciberseguridad y los mercados de criptomonedas ha hecho que la anonimización y el seguimiento de los fondos sean posibilidades reales.
Además, las tendencias actuales apuntan a que los sistemas de criptomonedas más regulados e integrados al sistema global son los más utilizados y adoptados. Las plataformas que son incompatibles se abandonan o permanecen marginales debido a la falta de apoyo, lo que significa que los grupos terroristas y otros actores ilícitos pueden encontrar que el mundo digital satisface cada vez menos sus necesidades.
Sin embargo, lo que es más fundamental, centrarse en las criptomonedas como el principal problema financiero ilícito a expensas de monitorear de cerca las redes tradicionales puede ser peligroso para la integridad de las finanzas globales.
En un artículo reciente, el Wall Street Journal expuso una exposición sorprendente de la red financiera secreta de Irán utilizada para eludir las sanciones estadounidenses.
Según documentos oficiales e informes de inteligencia obtenidos por WSJ, en los últimos años, Teherán logró establecer un sistema bancario y financiero clandestino para manejar decenas de miles de millones de dólares en comercio anual prohibido por las sanciones de Estados Unidos.
Las implicaciones de estos hallazgos son amplias, especialmente en el contexto de las conversaciones en curso entre Estados Unidos e Irán en Viena en un intento por revivir el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) de 2015 firmado por la administración Obama, comúnmente conocido como el Plan de Acción Nuclear de Irán. acuerdo.
La red clandestina de comercio y finanzas ha permitido a Irán obtener una influencia sustancial en las conversaciones con Estados Unidos, ya que la principal herramienta que ha utilizado Occidente para influir en el comportamiento iraní ha sido socavada en gran medida durante mucho tiempo.
La postura económica real de Irán parece ser muy diferente.
Según la evidencia autenticada por diplomáticos occidentales y funcionarios de inteligencia, Irán construyó una amplia gama de empresas de representación fuera de las fronteras de Irán para ocultar su conexión con el régimen, una técnica que los ayatolás emplean desde hace mucho tiempo para orquestar el financiamiento ilícito.
A través de estas corporaciones fachada, Irán pudo reconstruir lentamente su comercio exterior y exportar bienes, incluido el petróleo iraní. Según el artículo del WSJ , decenas de miles de millones en comercio se realizaron a través de estas entidades falsas solo durante el año pasado.
Lo que todo esto significa, en la práctica, es que Irán ha logrado impulsar su comercio a niveles más o menos previos a la sanción, lo que ha aliviado la presión interna sobre el régimen y también le ha dado a Teherán más maniobrabilidad en el escenario global.
Lo que es importante subrayar en esta historia es que el complot internacional altamente exitoso de Irán se llevó a cabo a través de instituciones financieras heredadas y explotando los agujeros en el sistema comercial tradicional. Crypto simplemente no jugó un papel importante, en todo caso, en este esquema.
La lección de estos hallazgos sobre Irán: no existe una bala de plata para eludir el sistema internacional en su totalidad. Cualquier esfuerzo importante para lavar grandes cantidades de capital y realizar de otro modo financiación ilícita tendrá que, en algún momento, aprovechar las instituciones heredadas. Centrarse en identificar y cerrar estas brechas sigue siendo la máxima prioridad en la protección de las finanzas globales.