Las altas cargas de trabajo, los grandes cambios de vida, la inseguridad laboral, los conflictos con familiares, la inestabilidad financiera y muchos otros factores pueden ser una fuente de estrés para usted. Las malas decisiones en el estilo de vida, los patrones de pensamiento negativos o la tendencia a preocuparse excesivamente pueden exacerbar estos factores estresantes y dificultarle llevar una vida feliz y saludable.
Bajo estrés, el sistema nervioso del cuerpo se activa, lo que lleva a un estado de mayor excitación. Esto puede provocar pensamientos acelerados, lo que dificulta aquietar la mente y concentrarse en el momento presente. Si no se controla, el estrés puede provocar una sensación de pérdida de control, lo que hace que uno se sienta impotente o indefenso. Puede alimentar su tendencia a pensar demasiado, creando un círculo vicioso que es difícil de romper.
No se puede evitar el estrés, pero sí se puede aprender a gestionarlo bien. Para ello, es necesario aplicar las estrategias adecuadas, hacerse cargo y actuar antes de que sea demasiado tarde.
No puedes detener las olas, pero puedes aprender a surfear.
— Jon Kabat-Zinn
Puedes responder a cualquier estrés de la vida de cuatro maneras posibles:
Es posible que usted permita que el estrés entre en su vida sin darse cuenta de que tiene la opción de decidir qué permite entrar y qué deja fuera.
Si bien no puedes controlarlo todo, una parte de tu estrés es voluntario, ya que no reconoces a las personas, situaciones o actividades que te provocan estrés y te niegas a alejarte de ellas. Evitar el estrés no significa ignorar los problemas o huir de las responsabilidades. Es aprender a decir no a las personas, situaciones o problemas que exigen demasiada energía mental y que son innecesarios o dañinos.
Por ejemplo:
Aunque no puedas cambiar a todas las personas que te rodean, sí puedes cambiar a las personas con las que decides estar. La vida es demasiado corta para perder el tiempo con personas que no te respetan, aprecian ni valoran. Pasa tu vida con personas que te hagan sonreír, reír y sentirte amado.
—Roy T. Bennett
Minimiza la exposición a factores estresantes innecesarios en tu vida:
No permitas que el estrés entre en tu vida por cuestiones que están bajo tu control. Ejercita tu poder. Decide. Haz una elección consciente.
Si no puedes evitar la situación, el siguiente paso es intentar cambiarla de una manera que la haga más llevadera y menos exigente para ti. Esto suele implicar expresar claramente lo que quieres y comunicar tus necesidades por adelantado o tomar medidas proactivas para minimizar las situaciones abrumadoras: establecer límites, delegar tareas o buscar el apoyo de los demás.
Por ejemplo:
Los límites nos ayudan a mantener lo bueno dentro y lo malo fuera. Establecer límites implica inevitablemente asumir la responsabilidad de tus decisiones. Eres tú quien las toma. Eres tú quien debe vivir con sus consecuencias. Y eres tú quien puede estar impidiéndote tomar las decisiones con las que podrías estar feliz.
—Henry Cloud
Modificar la situación para reducir el factor estresante y disminuir su impacto:
Es imposible evitar todas las situaciones que provocan estrés, pero puedes minimizar su impacto planificando y comunicando conscientemente tus expectativas de manera que trabajen a tu favor en lugar de en tu contra.
Cuando no se puede evitar o modificar la situación estresante, la solución puede ser adaptar y ajustar la respuesta a ella. Esto implica mirar la situación desde una perspectiva diferente (una que considere el desafío como una oportunidad), cambiando la perspectiva, ampliando la mentalidad y reajustando las expectativas. Adaptarse a la situación de esta manera cambia la forma en que se la aborda. En lugar de centrarse en el problema, se piensa en formas alternativas de responder que pueden ser más constructivas o beneficiosas.
Por ejemplo:
Tu mentalidad frente al estrés determina todo, desde las emociones que sientes durante una situación estresante hasta la forma en que afrontas los acontecimientos estresantes. Eso, a su vez, puede determinar si prosperas bajo estrés o terminas agotado y deprimido. La buena noticia es que, incluso si estás firmemente convencido de que el estrés es perjudicial, puedes cultivar una mentalidad que te ayude a prosperar.
—Kelly McGonigal
Adaptarse a la situación cambiando su perspectiva:
Cuando se enfrenta al estrés, su mentalidad determina cómo procesa las cosas que le rodean y cómo actúa. Una mentalidad negativa puede desencadenar un comportamiento derrotista que le haga perder la confianza y la esperanza en sus habilidades y capacidades, mientras que una mentalidad positiva puede permitirle encontrar soluciones incluso a los contratiempos y desafíos más difíciles. Controle el estrés viendo las cosas de manera diferente.
Cuando no puedes evitar, modificar o adaptarte a una situación, es prudente aceptar que simplemente está fuera de tu control y que tratar de cambiarla te llevará a un callejón sin salida. Aceptar no significa estar de acuerdo con lo que está sucediendo o negar cómo te sientes al respecto. Es aceptar tus emociones y reconocer las cosas que no puedes cambiar para poder concentrarte en lo que sí puedes.
Por ejemplo:
Se producen cambios increíbles en tu vida cuando decides tomar el control de aquello sobre lo que tienes poder en lugar de ansiar el control sobre aquello que no tienes.
—Steve Maraboli
Acepta la realidad de que ciertos factores estresantes están fuera de tu control:
Preocuparse por
Siempre que se sienta estresado, responda estas preguntas para manejar el estrés de manera efectiva y sentirse en control de su vida.
¿Qué te estresa ahora mismo?
Al hombre se le puede quitar todo, menos una cosa: la última de las libertades humanas: la de elegir su actitud en cualquier conjunto de circunstancias, la de elegir su propio camino.
— Víctor E. Frankl
No permita que las exigencias incesantes del trabajo, el hogar y otras responsabilidades lo mantengan estresado, ansioso y abrumado. Mantenga la situación bajo control minimizando la exposición, gestionando las expectativas, replanteando la situación y aceptando las cosas que no puede cambiar.
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