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Pensamiento crítico para la IA: ¿eres amigo o enemigo?por@meadhbhh
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Pensamiento crítico para la IA: ¿eres amigo o enemigo?

por Meadhbh Healy4m2023/08/26
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La digitalización ha permitido a los estudiantes continuar sus esfuerzos prácticamente sin obstáculos. Sobre esta base, es fácil presentar la creciente adopción de tecnología en la educación como un desarrollo exclusivamente neutral o positivo. Sin embargo, podrían albergarse reservas sobre esta rápida transformación. Con el desarrollo de sofisticadas herramientas de inteligencia artificial generativa, existe el peligro de que eventualmente las tareas se asignen a máquinas en lugar de a estudiantes. Esto afectaría la capacidad de un individuo para estructurar adecuadamente el material para el consumo.
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Las ventajas de la transformación digital en la educación son evidentes, especialmente si se tienen en cuenta los trastornos que la pandemia ha provocado en los últimos tiempos. La digitalización ha permitido a los estudiantes continuar sus esfuerzos sin obstáculos, al mismo tiempo que les ha permitido el acceso a una mayor cantidad de recursos, como herramientas de inteligencia artificial (IA) . Sobre esta base, es fácil presentar la creciente adopción de tecnología en la educación como un desarrollo exclusivamente neutral o positivo.


Sin embargo, podrían albergarse reservas sobre esta rápida transformación. El tecno-solucionismo puede describirse como la tendencia a gravitar hacia la tecnología como la respuesta definitiva a todos los problemas individuales o sociales. Aunque es obvio que la humanidad en general ha aceptado el rápido avance de la tecnología en los últimos años, puede que esto no esté exento de desventajas.


Uno de los principales problemas del solucionismo y su papel en la sociedad es su reduccionismo de los conceptos filosóficos. Esto establece un problema fundamental con la digitalización: la conveniencia de brindar soluciones instantáneas en lugar de permitir la exploración de obstáculos y caminos alternativos para abordarlos.


El objetivo principal del aprendizaje es el examen y análisis de conceptos e ideas abstractos. Uno de los mantras frecuentemente citados asociados con la educación alude a que no se trata de “llenar un cubo, sino encender un fuego”.


Si bien esta declaración puede haberse vuelto trillada por su uso excesivo, tiene coherencia cuando se la considera frente al solucionismo. Es obvio, si no esperado, que la tecnología se utiliza como respuesta a los problemas que enfrentan las personas en la vida cotidiana. Esto significa que se busca y encuentra una solución rápidamente, en lugar de reflexionar sobre un problema en particular. Puede parecer prudente no perder el tiempo cuando las respuestas son tan accesibles.


Sin embargo, podría decirse que esta meditación puede involucrar al cerebro y contribuir al desarrollo de habilidades cognitivas de orden superior, como el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Dedicar tiempo de manera proactiva a pensar y evaluar posibles soluciones a un problema singular puede desarrollar la capacidad del cerebro para defender y tomar decisiones. No se puede decir lo mismo de que un autómata le proporcione la solución de forma reactiva. Esto tiene implicaciones sobre cómo las mentes en desarrollo adquieren información y resuelven problemas. En una cultura desprovista de tecnología, el método óptimo para resolver cuestiones complejas es deliberar sobre el proceso. Cuando la tecnología es accesible, es probable que el método se guíe por la respuesta correcta que ya proporciona un agente digital. Por tanto, hay menos pensamiento crítico por parte del usuario.


Actualmente, es difícil evaluar cuán grande es este perjuicio. Al fin y al cabo, ha sido norma a lo largo del paso del tiempo que el cerebro humano evolucione y descarte cualidades que ya no son útiles. Hace un siglo, las habilidades que se consideraban importantes incluían la buena memoria y la caligrafía.


Con la llegada de las computadoras, estas habilidades se han vuelto en gran medida obsoletas. En cambio, la capacidad de procesar información eficazmente es ahora más útil y valiosa para el individuo. De esta manera, la tecnología ha ayudado a la sociedad al automatizar una tarea y liberar la mente humana para que se concentre en tareas más complejas. ¿Será posible que al delegar el pensamiento crítico a las máquinas el cerebro humano pueda progresar aún más? Es imposible saberlo con certeza, aunque es muy improbable. La capacidad de evaluar e interpretar cuidadosamente las alternativas permite a las personas contribuir de manera eficiente a la vocación elegida. A nivel mundial, el desarrollo de habilidades cognitivas de orden superior durante la adolescencia es un objetivo educativo dominante para educadores y psicólogos, y con justa causa.


Es fundamental, por tanto, que la adopción de la digitalización en la educación no reste importancia al cultivo del pensamiento crítico en la adolescencia. En cualquier discurso debe abordarse la conciencia de la importancia de la autoeficacia y del efecto negativo que el aprendizaje pasivo puede tener sobre ella. Con el desarrollo de sofisticadas herramientas de inteligencia artificial generativa como GPT-4, existe el peligro de que eventualmente tareas como las escritas se asignen a máquinas en lugar de ser producto de la perspicacia de los estudiantes. Esto afectaría la capacidad de un individuo para estructurar adecuadamente el material para el consumo, así como su capacidad para evaluar qué información es relevante incluir.


Los indicadores del pensamiento crítico podrían incluir la habilidad para juzgar con éxito la credibilidad de las fuentes, proponer y defender una hipótesis racional y formular preguntas aclaratorias pertinentes. Estas capacidades no están presentes en el modelado generativo tal como existen actualmente y se encuentran entre las que corren mayor riesgo de agotarse en los humanos si el razonamiento se deja exclusivamente en manos de las máquinas. La única forma de verificar la información producida por la IA es mediante inspección humana. Por tanto, la conciencia de los límites de la IA es fundamental. Si las tareas escritas se asignan a autómatas, existe una mayor compulsión sobre los educadores a promover y probar habilidades de pensamiento crítico en lugar de las tareas en las que las máquinas ya destacan, como la memorización y el formateo.


Existe la necesidad de incorporar herramientas de IA en la educación, y esta necesidad está impulsada por el nivel de interacción que los estudiantes tendrán con la IA generativa en la vida diaria. Si no se puede evitar la inclusión de la IA, ¿existe la posibilidad de que, en cambio, se pueda adoptar?


Ciertamente, parece haber motivos para la esperanza.


Se ha documentado ampliamente a lo largo del tiempo que la instrucción en el aula adolece de una uniformidad de enfoque que no es apropiada ni óptima para todos los estudiantes. Con la llegada de la IA educativa, existe la posibilidad de personalizar la experiencia de aprendizaje para ayudar a los estudiantes a comprender mejor conceptos y procesos complejos.


Además, entrenar máquinas para comprender mejor las necesidades de los estudiantes, a su vez, puede proporcionar información a profesores y educadores sobre cómo enseñar de forma más eficaz. Por lo tanto, es imperativo que el docente, como agente de cambio en el aula, adopte los aspectos positivos de la IA y los integre profundamente en la instrucción. A medida que la IA se vuelve más compleja, su funcionalidad se vuelve más accesible y la educación puede darse el lujo de beneficiarse de su asimilación.