Autores:
(1) Martin Kleppmann, Universidad de Cambridge, Cambridge, Reino Unido ([email protected]);
(2) Paul Frazee, Bluesky Social PBC Estados Unidos;
(3) Jake Gold, Bluesky Social PBC Estados Unidos;
(4) Jay Graber, Bluesky Social PBC Estados Unidos;
(5) Daniel Holmgren, Bluesky Social PBC Estados Unidos;
(6) Devin Ivy, Bluesky Social PBC Estados Unidos;
(7) Jeromy Johnson, Bluesky Social PBC Estados Unidos;
(8) Bryan Newbold, Bluesky Social PBC Estados Unidos;
(9) Jaz Volpert, Bluesky Social PBC Estados Unidos.
2 La aplicación social Bluesky
2.2 Identificadores de usuario
2.3 Feeds personalizados y elección algorítmica
3 La arquitectura del protocolo at
3.1 Repositorios de datos de usuario
3.2 Servidores de datos personales (PDS)
3.3 Infraestructura de indexación
3.4 Etiquetadoras y generadores de feeds
5 Conclusiones, agradecimientos y referencias
Bluesky es una nueva red social construida sobre el Protocolo AT, una base descentralizada para las redes sociales públicas. Se lanzó en versión beta privada en febrero de 2023 y ha crecido hasta tener más de 3 millones de usuarios registrados al año siguiente. En este artículo, presentamos la arquitectura de Bluesky y el Protocolo AT, que está inspirado en la propia web, pero modernizado para incluir flujos de actualizaciones en tiempo real y autenticación criptográfica. Explicamos cómo el diseño técnico de Bluesky está basado en nuestros objetivos: permitir la descentralización al tener múltiples proveedores interoperables para cada parte del sistema; facilitar a los usuarios el cambio de proveedores; dar a los usuarios la posibilidad de decidir sobre el contenido que ven; y proporcionar una experiencia de usuario sencilla que no los agobie con la complejidad que surge de la naturaleza descentralizada del sistema. La apertura del sistema permite que cualquiera contribuya a la moderación de contenido y la gestión de la comunidad, e invitamos a la comunidad de investigación a utilizar Bluesky como un conjunto de datos y un campo de pruebas para nuevos enfoques en la moderación de las redes sociales.
En las últimas dos décadas, los servicios de redes sociales han pasado de ser una curiosidad divertida a convertirse en una piedra angular de la vida cívica [5]. Este desarrollo ha estado acompañado de un creciente malestar por el hecho de que las “plazas digitales” dominantes, como Twitter/X o Facebook, estén bajo el control de una única corporación y puedan cambiar sus políticas según el capricho de sus líderes [62]. Sus operaciones son opacas (por ejemplo, en lo que respecta a qué contenido se recomienda a los usuarios) y sus usuarios carecen de capacidad de decisión sobre su experiencia de usuario. Como resultado, ha habido un creciente interés en las redes sociales descentralizadas, de las cuales el fediverso en torno al protocolo ActivityPub [34] y el software Mastodon [39] es quizás el más conocido (revisamos una selección de redes sociales descentralizadas en la Sección 4).
Sin embargo, la descentralización también plantea nuevos desafíos. Por ejemplo, en el caso de Mastodon, el usuario debe elegir un servidor al crear una cuenta. Esta elección es importante porque el nombre del servidor se convierte en parte del nombre de usuario; migrar a otro servidor implica cambiar el nombre de usuario, y conservar los seguidores durante dicha migración requiere la cooperación del servidor anterior. Si un servidor se cierra sin previo aviso, las cuentas en ese servidor no se pueden recuperar, un riesgo particular en los servidores administrados por voluntarios. En principio, un usuario puede alojar su propio servidor, pero solo una pequeña fracción de los usuarios de las redes sociales tienen tanto las habilidades técnicas como la inclinación para hacerlo.
La distinción entre servidores en Mastodon introduce una complejidad para los usuarios que no existe en los servicios centralizados. Por ejemplo, un usuario que visualiza un hilo de respuestas en la interfaz web de un servidor puede ver un conjunto diferente de respuestas en comparación con el que visualiza el mismo hilo en otro servidor, porque un servidor solo muestra las respuestas que conoce [2]. Como otro ejemplo, al visualizar el perfil web de una cuenta en otro servidor, al hacer clic en el botón "seguir" no se sigue simplemente esa cuenta; en cambio, el usuario debe ingresar el nombre de host de su propio servidor y ser redirigido a una URL en su servidor local antes de poder seguir la cuenta. En nuestra opinión, no es deseable cargar a los usuarios con tal complejidad que surge de la arquitectura federada.
En este artículo presentamos el Protocolo AT (atproto), una base descentralizada para redes sociales, y Bluesky, una aplicación social al estilo de Twitter construida sobre él. Un objetivo de diseño central de atproto y Bluesky es permitir una experiencia de usuario de la misma o mejor calidad que los servicios centralizados, al mismo tiempo que son abiertos y descentralizados a nivel técnico. Presentamos las características de Bluesky orientadas al usuario en la Sección 2, y en la Sección 3 explicamos la arquitectura de sistemas subyacente. El Protocolo AT está diseñado de tal manera que para cada parte del sistema hay múltiples operadores que compiten entre sí y brindan servicios interoperables, lo que facilita el cambio de un proveedor a otro.
La descentralización por sí sola no es capaz de resolver algunos de los problemas más espinosos de las redes sociales, como la desinformación, el acoso y el discurso de odio [46]. Sin embargo, al abrir las funciones internas de un servicio a los contribuyentes que no son empleados de una empresa en particular, la descentralización puede permitir un mercado de enfoques para estos problemas [38]. Por ejemplo, Bluesky permite que cualquiera ejecute servicios de moderación que toman decisiones subjetivas de seleccionar contenido deseable o marcar contenido indeseable, y los usuarios pueden elegir a qué servicios de moderación desean suscribirse. Los servicios de moderación están desacoplados de los proveedores de alojamiento, lo que facilita que los usuarios cambien de servicio de moderación hasta que encuentren uno que coincida con sus preferencias. Nuestra esperanza es que esta apertura arquitectónica permita a las comunidades desarrollar sus propios enfoques para gestionar el contenido problemático, independientemente de lo que implemente cualquier operador de servicio en particular [38].
Por ejemplo, los investigadores que quieran identificar campañas de desinformación pueden acceder fácilmente a todo el contenido publicado, al gráfico social y a los perfiles de los usuarios en Bluesky. Si son capaces de construir un algoritmo para etiquetar la desinformación sospechosa, pueden publicar sus etiquetas en tiempo real y los usuarios que deseen verlas pueden habilitarlas en su software cliente. Uno de los objetivos de este artículo es llamar la atención de los investigadores que trabajan en este tipo de algoritmos sobre Bluesky y el Protocolo AT, e invitarlos a utilizar el conjunto de datos de contenido de Bluesky, que crece rápidamente, como base para su trabajo.
Este artículo está disponible en arxiv bajo la licencia CC BY 4.0 DEED.