La situación actual de los mercados crediticios está dando una falsa sensación de seguridad, impulsada más por la creciente demanda de una oferta limitada que por los fundamentos económicos. Esto podría estar preparando el terreno para un ajuste de cuentas importante.
Expertos como Mark Spitznagel
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Spitznagel no está solo en sus preocupaciones. Indicadores como la curva de rendimiento
A estas preocupaciones se suma la creciente carga de deuda en varios sectores de la economía. Las corporaciones no financieras estadounidenses han acumulado una deuda récord de 13,7 billones de dólares, mientras que la deuda global total alcanzó un récord de 315 billones de dólares en el primer trimestre de 2024. Gran parte de esta deuda está relacionada con el gobierno, pero los niveles de deuda corporativa y de consumo también son alarmantemente altos, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad.
Si bien las señales de advertencia son preocupantes, no todos los analistas están de acuerdo. Algunos sostienen que la economía estadounidense sigue siendo resistente y puede evitar una recesión importante. Los defensores de esta visión destacan la posibilidad de un aterrizaje suave en el que la inflación se controle gradualmente sin desencadenar una recesión.
Otros creen que, incluso si existe una burbuja, puede seguir inflándose antes de estallar. Las burbujas tienden a alcanzar máximos eufóricos antes de desplomarse, lo que significa que el mercado aún podría registrar ganancias en el corto plazo antes de una posible recesión. A los inversores minoristas, les aconseja paciencia y cautela, y sugiere centrarse en los fondos básicos del índice S&P 500 y mantener un margen de seguridad para evitar verse obligados a vender durante los mínimos del mercado.
Históricamente, los recortes de tasas de la Reserva Federal han sido un signo de épocas prósperas para las acciones, ya que las tasas más bajas hacen que las acciones sean más atractivas en relación con los bonos. Este patrón se ha mantenido durante la mayor parte de cuatro décadas (consulte el gráfico). Durante estos períodos, la Fed generalmente comenzó a relajar las políticas monetarias antes de que las condiciones económicas se deterioraran hasta convertirse en una recesión, lo que a menudo provocó importantes repuntes en los mercados de acciones.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha insinuado que podría haber recortes de tasas a partir de septiembre de 2024. Las tasas más bajas reducirían la tasa de descuento aplicada a las ganancias futuras, lo que aumentaría efectivamente el valor actual de las acciones. Algunos analistas predicen que esto podría sumar aproximadamente un múltiplo a la valoración del S&P 500, suponiendo que las tasas a largo plazo y la inflación sigan disminuyendo como se espera.
Maxim Manturov, director de investigación de inversiones de Freedom24, tiene una perspectiva positiva para el mercado de valores en el futuro:
Las preocupaciones sobre un posible desplome y una burbuja bursátil tienen su lugar. No obstante, tiene sentido mantener una visión optimista del mercado en función de los factores fundamentales, como el crecimiento de las ganancias, los recortes de las tasas de la Reserva Federal y el auge del sector tecnológico, y otros factores, especialmente a largo plazo.
En un escenario normal, siguiendo los ciclos típicos del S&P 500 y las tendencias demográficas, podemos esperar que el índice S&P 500 suba significativamente para finales de la década. Este pronóstico se basa en el crecimiento continuo de las ganancias y la relación de valoración del mercado. Otros factores incluyen el crecimiento de las ganancias y la expansión de las relaciones precio-beneficio (PE). Si bien los aumentos anuales del PE pueden parecer ambiciosos, están justificados por la resiliencia demostrada por las empresas durante la pandemia de COVID-19. La capacidad de las empresas para mantener las ganancias a pesar de los graves shocks económicos enfatiza su resiliencia, lo que garantiza una relación PE más alta que los niveles previos a la pandemia.
Si bien la perspectiva de recortes de tasas es indudablemente positiva para las acciones, los inversores deberían abordar el mercado con cautela. La sobrevaluación no es el único riesgo en el horizonte. Factores como una recesión inminente, tensiones geopolíticas y posibles perturbaciones derivadas de las elecciones estadounidenses podrían pesar sobre el desempeño del mercado.
Para sortear estas incertidumbres, muchos expertos recomiendan adoptar un enfoque de cartera equilibrada. Si bien las acciones de crecimiento, en particular en el sector tecnológico, han impulsado gran parte de las ganancias del mercado en los últimos años, cada vez hay más razones para diversificar en acciones de valor y acciones internacionales. Esta estrategia puede ayudar a mitigar los riesgos asociados con la sobrevaluación y brindar exposición a mercados que pueden verse menos afectados por la política monetaria estadounidense.