A medida que se acelera la adopción de la nube, también lo hace el consumo de energía de los centros de datos, lo que genera una mayor conciencia sobre el impacto ambiental de las infraestructuras de TI. Un informe de 2022 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló que los centros de datos ahora representan casi el 1% del uso de electricidad del mundo, y las proyecciones muestran una cifra aún mayor a medida que la computación en la nube continúa creciendo. Esto ha llevado a las empresas, los gobiernos y los grupos ambientalistas a exigir prácticas de TI más ecológicas y sostenibles. DevOps, un campo basado en la automatización y el escalado de la infraestructura, está en el centro de estos debates, en particular a medida que las empresas buscan formas de reducir su huella ambiental manteniendo el rendimiento.
Aliaksei Volski, ingeniero en la nube con años de experiencia trabajando con prácticas DevOps centradas en la sostenibilidad, aporta conocimientos invaluables en este campo. Habiendo pasado los últimos años optimizando la infraestructura en la nube con un fuerte enfoque en la sostenibilidad, Volski entiende el intrincado equilibrio entre el avance tecnológico y la responsabilidad ambiental. “Hemos llegado a un punto en el que la huella de carbono de nuestras actividades digitales no se puede ignorar”, enfatiza Volski. “Todas las empresas que utilizan infraestructura en la nube deberían pensar en cómo reducir el consumo de energía y las emisiones a través de la automatización y la gestión inteligente de los recursos”. Su trabajo reciente refleja una tendencia creciente en la industria tecnológica a reducir la huella de carbono mediante la incorporación de prácticas ecológicas directamente en los procesos DevOps.
“La sostenibilidad en DevOps no consiste únicamente en reducir el consumo de energía”, señala Volski. “Se trata de incorporar eficiencia al proceso de automatización, garantizando que la infraestructura pueda escalar sin ejercer una presión innecesaria sobre el medioambiente”.
Una de las tecnologías que se emplean con frecuencia en las estrategias DevOps sostenibles es Microsoft Azure, una plataforma en la nube que ha introducido varias funciones para optimizar la eficiencia energética. Por ejemplo, la Calculadora de sostenibilidad de Microsoft permite a las organizaciones supervisar y visualizar sus emisiones de carbono en todos los recursos de la nube, lo que ayuda a las empresas a identificar áreas de mejora. Además, Microsoft se ha comprometido a que sus centros de datos dependan totalmente de energía renovable para 2025, una medida que reducirá drásticamente el impacto ambiental de los servicios en la nube.
Empresas líderes como Microsoft, Google y Amazon han tomado medidas notables para reducir las emisiones de carbono asociadas con la infraestructura de la nube. El "Proyecto Natick" de Microsoft, por ejemplo, se centró en reducir el consumo de energía sumergiendo los centros de datos bajo el agua para lograr una refrigeración natural. Mientras tanto, la iniciativa "Energía libre de carbono" de Google tiene como objetivo lograr un 100% de energía renovable en todas sus operaciones para 2030. El programa "Sostenibilidad en la nube" de Amazon hace hincapié en la optimización de la eficiencia energética en todos sus centros de datos de AWS, incorporando soluciones de energía verde y tecnologías de refrigeración avanzadas.
La amplia experiencia de Volski en la optimización de la infraestructura de la nube subraya la creciente necesidad de equilibrar los objetivos empresariales con los ecológicos. Su enfoque implica el desarrollo de las mejores prácticas para reducir la huella de carbono de la infraestructura de la nube, como la optimización del uso de los recursos y la integración de sistemas de monitorización automatizados para realizar un seguimiento del consumo de energía en tiempo real. “Uno de los mayores logros que hemos obtenido ha sido el seguimiento en tiempo real”, explica Volski. “Al configurar sistemas de seguimiento continuo, pudimos identificar cuándo se estaban infrautilizando los recursos y luego reducirlos automáticamente. Esto no solo nos permitió ahorrar costes, sino que también ayudó a reducir nuestro consumo energético general”.
Por ejemplo, un estudio de caso de 2021 de Goldman Sachs destacó cómo la asignación dinámica de recursos a través de Kubernetes redujo el consumo de energía en un 30 % en su infraestructura en la nube, manteniendo al mismo tiempo una alta disponibilidad y rendimiento. Al adoptar enfoques de DevOps similares, las empresas pueden lograr avances considerables en la reducción de su huella de carbono sin comprometer la escalabilidad ni el rendimiento. Herramientas como Terraform para la automatización de la infraestructura y Prometheus para la monitorización proporcionan marcos sólidos que permiten a los equipos escalar de manera eficiente sus entornos de nube mientras mantienen bajo control el consumo de energía.
La apuesta por prácticas DevOps más ecológicas no es solo una tendencia pasajera, sino que se está convirtiendo cada vez más en una ventaja competitiva para las empresas. Un informe de 2023 de la Cloud Native Computing Foundation (CNCF) concluyó que las empresas que implementaron prácticas de nube sostenibles vieron una reducción del 15 % en los costos operativos en promedio. Además, los clientes están comenzando a exigir iniciativas ecológicas a las marcas con las que interactúan. Según una encuesta de 2022 de IBM, más del 60 % de los consumidores dicen que es más probable que compren a empresas que demuestren prácticas respetuosas con el medio ambiente, lo que destaca los posibles beneficios comerciales de adoptar metodologías DevOps sostenibles.
De cara al futuro, Volski destaca la necesidad de adoptar un enfoque holístico que tenga en cuenta tanto los avances tecnológicos como la sostenibilidad. “No basta con optimizar los procesos”, afirma Volski. “Necesitamos integrar la energía renovable siempre que sea posible y fomentar la adopción de prácticas como la codificación energéticamente eficiente y la arquitectura sin servidor para minimizar aún más el impacto de carbono de nuestros sistemas”. La informática sin servidor, por ejemplo, permite a las empresas ejecutar funciones solo cuando son necesarias, lo que reduce drásticamente la huella energética al eliminar la necesidad de una infraestructura siempre activa.
Otra tendencia emergente en DevOps sostenible es el uso de computación consciente del carbono, donde las operaciones en la nube se programan en función de períodos de baja intensidad de carbono en la red eléctrica. Este concepto permite a los servicios en la nube cambiar dinámicamente las cargas de trabajo a los momentos en que la energía renovable está más disponible. Según un estudio de la Universidad de Bristol, esta estrategia podría reducir las emisiones de carbono de las operaciones en la nube hasta en un 20%. Volski ve esto como una vía prometedora para futuros desarrollos: "La computación consciente del carbono es una de esas innovaciones que podrían tener un gran impacto. Al adaptar nuestras operaciones para aprovechar fuentes de energía más limpias, no solo estamos mejorando nuestros procesos, sino que estamos ayudando al planeta".
Al adoptar prácticas sostenibles en DevOps, las empresas tienen la oportunidad de liderar el cambio en soluciones tecnológicas ecológicas. Si bien los gigantes tecnológicos han logrado avances considerables, aún existe un gran potencial para que las empresas de todos los tamaños reduzcan su impacto ambiental. “Los profesionales de DevOps tienen el poder de marcar una verdadera diferencia”, concluye Volski. “Con las herramientas y la mentalidad adecuadas, podemos garantizar que la revolución de la nube no solo beneficie a las empresas, sino que también respalde un mundo más saludable y sostenible”.