Cuando los ejecutivos hablan de inteligencia artificial, la conversación casi siempre se centra en la parte delantera de la casa: chatbots, motores de recomendación, personalización del cliente y generación creativa. Estos son los casos de uso visibles y amigables, pero a menudo son las fuentes menos confiables de ROI a largo plazo. Según Karl Pinto, un líder empresarial veterano que ha pasado casi dos décadas en gestión de incidentes y operaciones digitales, la verdadera transformación se está desarrollando silenciosamente en el fondo. La capa oculta del valor empresarial Pinto ha construido su carrera en torno al lado menos glamuroso de la tecnología empresarial; la capa de fiabilidad. Desde sus años en Dell y Salesforce hasta su papel de liderazgo en PagerDuty, ha visto a las grandes organizaciones luchar con la complejidad operativa mientras persigue la innovación en el borde. “Cuando un cliente no puede revisar un sitio de comercio electrónico o un servicio digital se retrasa, rara vez es un problema front-end”, explica. “Es un síntoma de algo más profundo: saturación del sistema, dependencias no monitoreadas o procesos de escalada pobres. Pinto señala que la ironía de la adopción de la IA es que las áreas que más necesitan de automatización e inteligencia, como la respuesta a incidentes, la observabilidad y la orquestación del flujo de trabajo, a menudo se consideran demasiado "back-office" para excitar a los equipos de liderazgo. La economía de la fiabilidad Considere un proveedor global de logística que procesa miles de transacciones sensibles al tiempo cada hora.Una única interrupción puede retrasar los envíos, interrumpir los compromisos del cliente y costar millones de dólares en sanciones contractuales.Pinto ha visto sistemas de monitoreo impulsados por la IA que predicen clusters de incidentes basados en la detección de anomalías para reducir el tiempo de inactividad en porcentajes de dos dígitos. En PagerDuty, Pinto trabajó con empresas que usaron modelos de aprendizaje automático para clasificar los incidentes automáticamente, agrupar las alertas relacionadas y priorizar las que son más propensas a escalarse. “La IA no reemplazó al equipo de operaciones”, explica. Esa experiencia subraya una verdad más amplia: la economía de la fiabilidad se refiere menos al teatro de la innovación y más al margen operativo.Mientras que la IA frontal a menudo impulsa la percepción, la IA operativa impulsa la permanencia. “Cada organización quiere una IA que impresione a los clientes”, dice. “Pero los líderes más sofisticados se dan cuenta de que la estabilidad también es un producto, y es uno que paga dividendos cada trimestre”. Por qué los líderes olvidan lo aburrido Pinto reconoce que es fácil ver por qué las operaciones rara vez encabezan iniciativas de transformación. “La fiabilidad no fotografia bien”, dice con una sonrisa débil. “Es difícil hacer un vídeo de marketing sobre sistemas que no se colapsan”. Describe un patrón que ha observado en los consejos de administración de empresas: el entusiasmo por los pilotos de IA generativos, junto con la vacilación para financiar las capas fundacionales que los apoyan. “Verás que las empresas presupuestan millones para las interfaces de clientes alimentadas por IA, pero todavía dependen de procesos manuales para la respuesta a incidentes críticos”, dice Pinto. Los ejecutivos están condicionados a equiparar la innovación con la visibilidad. “Cuando algo está detrás de los escenarios, se siente como mantenimiento en lugar de progreso”, señala. Se refiere a los clientes que han utilizado la automatización para hacer cumplir las políticas de gobernanza, correlacionar las métricas de rendimiento con los KPIs de negocios e incluso predecir el riesgo de impacto del cliente antes de que suceda. “Estas son las historias que rara vez se cuentan”, dice Pinto, “pero son las que definirán cómo las empresas se escalarán en la próxima década”. La revolución silenciosa Las contribuciones más transformadoras de la IA llegan donde hay menos foco: en los sistemas que hacen posible otras innovaciones.Pinto cree que esta “revolución silenciosa” dará forma a cómo las empresas piensan sobre la inversión en tecnología durante los próximos años. Él ve esta evolución no como un cambio en la tecnología, sino como un cambio en la mentalidad. “Las empresas que más admiro no tratan la fiabilidad como una reflexión posterior”, dice. “Lo tratan como un facilitador de la ambición. La perspectiva de Pinto lleva el peso de la experiencia: casi dos décadas de ver lo que sucede cuando las organizaciones subinvierten en fiabilidad y sobreinvierten en percepción.Su convicción es firme: la próxima ventaja competitiva en la IA empresarial no vendrá de interfaces deslumbrantes o modelos de conversación; vendrá de sistemas operativos que simplemente no fallan. “La ironía”, dice, “es que la IA más valiosa en la empresa puede ser la que nadie se da cuenta”. - - - This article is published under HackerNoon’s Blog de negocios program. Este artículo fue publicado en HackerNoon's Blog de negocios Blog de negocios El programa.