En un mundo que avanza rápidamente y donde la inteligencia artificial (IA) está dando cada vez más forma a nuestras vidas, los llamados a establecer marcos regulatorios estrictos resuenan en todo el mundo. Si bien es evidente que la tecnología tiene un enorme potencial para el crecimiento económico y el progreso social, también conlleva riesgos que aún no se comprenden completamente¹. Con los científicos chinos pidiendo regulaciones estrictas, el presidente estadounidense Joe Biden emitiendo una ambiciosa orden ejecutiva y una cumbre sobre seguridad de la IA en el horizonte, el momento nunca ha sido más crucial para alinear las perspectivas globales sobre la gobernanza de la IA.
La reciente orden ejecutiva del presidente Biden ataca el núcleo del espíritu estadounidense: equilibrar la innovación con la seguridad y la ética. Al reconocer las capacidades disruptivas de la IA, desde impulsar la investigación del cáncer hasta profundizar potencialmente las desigualdades sociales, la orden es un primer paso crucial. Exige a los desarrolladores de IA que compartan datos de seguridad con el gobierno y tiene como objetivo establecer estándares para la publicación pública de herramientas de IA². Lo que es digno de elogio es su amplitud, que toca la privacidad, los derechos civiles y los derechos de los trabajadores. Sin embargo, su enfoque se inclina más hacia la autogobernanza dentro del sector tecnológico, dejando espacio para una legislación futura más sólida².
Por el contrario, los expertos chinos en IA han declarado abiertamente que la IA plantea un “riesgo existencial para la humanidad”². Si bien a menudo se critica a la academia occidental por pintar escenarios apocalípticos, el acuerdo entre científicos occidentales y chinos indica un creciente consenso global sobre los riesgos asociados con la IA² no regulada. Su llamado a crear un organismo regulador internacional, un registro obligatorio y una porción significativa de los presupuestos de investigación dedicados a la seguridad de la IA no puede descartarse a la ligera, especialmente cuando el discurso se sitúa en el contexto más amplio de la rivalidad tecnológica entre China y Estados Unidos².
[Fuente](https://www.goldmansachs.com/intelligence/pages/ai-investment-forecast-to-approach-200-billion-globally-by-2025.html#:\~:text=A más largo plazo, las proyecciones de crecimiento se cumplen plenamente)
La próxima cumbre sobre seguridad de la IA en el Reino Unido tiene como objetivo reunir a líderes políticos y tecnológicos internacionales, proporcionando un escenario para lo que podría ser la base de la gobernanza global de la IA³. El borrador del comunicado del Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, indica un enfoque cauteloso, advirtiendo contra el daño potencial de los modelos avanzados de IA, pero sin llegar a proponer regulaciones específicas³. Los participantes de la cumbre, que van desde Canadá hasta Singapur, desempeñarán un papel crucial en la configuración de una visión compartida para el despliegue seguro y equitativo de la IA³.
Al conectar estas conversaciones dispares pero importantes, queda claro que no hay respuestas fáciles. Un enfoque universal para la gobernanza de la IA tendrá que sortear las tensiones geopolíticas, proteger las libertades individuales y garantizar la seguridad sin sofocar la innovación³. Lograr este equilibrio es desalentador, pero el sentimiento colectivo parece estar moviéndose hacia la precaución. Queda por ver si estas discusiones se traducirán o no en políticas globales concretas. Pero dada la escalada de lo que está en juego, la urgencia de adoptar una acción cohesiva nunca ha sido mayor³.
[Fuente](https://hai.stanford.edu/news/state-ai-9-charts#:\~:text=El estado de la IA en Shana Lynch)
En una era en la que la IA se está volviendo omnipresente, los llamados a la regulación desde varios rincones del mundo indican una comprensión madura de las implicaciones de largo alcance de la tecnología³. Mientras miramos hacia un futuro cada vez más influenciado por la IA, estos diálogos sobre la gobernanza no sólo son necesarios sino vitales para el bienestar de la humanidad. Es un rompecabezas complejo, pero que no podemos darnos el lujo de dejar incompleto³.
Si alguna vez hubo un momento para que los héroes intervengan y nos guíen a través de este laberinto de complejidades éticas, sociales y tecnológicas, es ahora. La búsqueda de una integración armoniosa de la IA en nuestro tejido global exige nada menos.
¹: “Inteligencia artificial: Biden firma una amplia orden ejecutiva que aborda la IA”. Josh Boak, Matt O'Brien. Enlace
²: “Los científicos chinos piden regulaciones internacionales sobre la IA”. Enlace
³: “La Cumbre Mundial sobre Seguridad de la IA: Borrador de Comunicado”.Enlace
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