Cada vez más empresas han adoptado el denominado estándar BTC, lo que significa que planean añadir Bitcoin a su balance de forma regular. Sin embargo, ninguna de estas empresas es lo suficientemente grande como para cambiar la visión mundial de Bitcoin como activo de reserva. El único poseedor notable de Bitcoin entre las grandes empresas es Tesla, pero la empresa de Elon Musk no tiene una estrategia activa de compra de Bitcoin. Microsoft tuvo la oportunidad de convertirse en un actor corporativo importante en el mercado de criptomonedas. Sus accionistas votaron recientemente sobre la propuesta del NCPPR (Centro Nacional de Investigación de Políticas Públicas) de agregar BTC a las reservas de la compañía. Para ser precisos, NCPPR instó a la junta directiva de Microsoft a realizar un estudio sobre si la posible inclusión de BTC como activo del balance serviría a los intereses a largo plazo de los accionistas de la empresa. La junta directiva, que emite sus recomendaciones antes de la votación, recomendó rechazar la propuesta del NCPPR. Los accionistas votaron en línea con las recomendaciones y rechazaron la idea de agregar Bitcoin al balance de Microsoft. Solo el 0,55% de los votos fueron emitidos a favor de la propuesta de considerar a BTC como un activo del balance. Los principales accionistas de Microsoft son inversores institucionales. Los mayores inversores de Microsoft son Vanguard y BlackRock (el que lanzó el ETF spot sobre Bitcoin más exitoso). Votaron en contra de la propuesta. La junta directiva de Microsoft afirmó que ya había realizado un análisis exhaustivo de BTC y llegó a la conclusión de que no era adecuado para el balance de la empresa. Según la junta, las reservas corporativas deben incluir inversiones estables y predecibles para garantizar la liquidez y la financiación operativa. Es difícil argumentar que Bitcoin es una inversión estable, como el efectivo. De hecho, nadie necesitaría BTC si se comportara como efectivo, lo que implica una pérdida constante de valor en términos reales, mes tras mes y año tras año. Los inversores compran BTC para preservar y hacer crecer su capital en términos reales con el fin de comprar más bienes, servicios y activos en el futuro. Bitcoin no es adecuado para garantizar la disponibilidad de una cantidad predefinida de dinero en su equivalente en dólares en un momento determinado. Al parecer, propuestas similares perderían en las próximas votaciones de los accionistas, ya que los inversores institucionales seguirían las recomendaciones de los consejos de administración de las empresas. Sin embargo, los activistas de BTC pronto aprenderán de los errores que cometieron durante el primer intento de presionar a las grandes empresas para que adoptaran una estrategia de Bitcoin. Recomendar el uso de Bitcoin como sustituto de las fuentes de liquidez tradicionales es un claro error, ya que Bitcoin no es adecuado para tales fines. En cambio, los activistas deben insistir en que Bitcoin debería encontrar su lugar en las inversiones a largo plazo de las grandes empresas, junto con sus fábricas, equipos y propiedad intelectual. Este enfoque eliminaría la necesidad de evaluar la volatilidad actual de Bitcoin, privando así a los consejos de administración de las empresas de su argumento clave contra la principal criptomoneda del mundo. Como entre los accionistas de las grandes empresas se incluyen gigantes de la inversión que ya han emitido ETF al contado sobre criptomonedas, las posibilidades de romper la resistencia de las finanzas tradicionales aumentarán significativamente.
