Probablemente hayas oído hablar de él antes.
“¡Tu dirección IP te expone a vulnerabilidades en Internet!”
Probablemente te asustó al principio, pero navegar tranquilamente por Internet sin cuidado resultó ser un impulso más poderoso que la preocupación de ser rastreado en línea. O tal vez esta es la primera vez que sabes esto. Cualquiera que sea, este artículo busca abrirle los ojos a eventos interesantes del mundo real sobre las complicaciones de las direcciones IP.
IP es la abreviatura de "Protocolo de Internet" y la dirección IP es un número único para identificar de forma única un dispositivo de red en Internet. Cualquier dispositivo habilitado para Internet tiene este número y a través de esta IP es identificable públicamente en Internet. Esto ha dado lugar al concepto de geolocalización IP.
La geolocalización IP consiste en rastrear la ubicación física de un dispositivo determinado en la faz de la tierra utilizando su dirección IP. Es una técnica que ha demostrado ser muy útil en ciberseguridad, publicidad, comercio electrónico, etc. Los sistemas y aplicaciones GPS se construyen con geolocalización IP.
Sin embargo, si bien la geolocalización de IP tiene muchas buenas aplicaciones, también puede dar lugar a una serie de situaciones locas, como se destacará en este artículo. A continuación se presentan una serie de eventos interesantes del mundo real que destacan las diversas dimensiones de la geolocalización IP.
En 2014, la policía sueca allanó los servidores de The Pirate Bay, uno de los sitios de torrents más populares del mundo. La redada se llevó a cabo después de años de batallas legales con los titulares de los derechos de autor que afirmaban que The Pirate Bay estaba facilitando la piratería. La policía usó la geolocalización de IP para rastrear los servidores, que estaban ubicados en una sala de servidores en una región montañosa remota de Suecia. La historia muestra cómo se puede utilizar la geolocalización de IP para rastrear la ubicación física de los servidores utilizados en actividades ilegales.
En 2010, un hombre supuestamente le robó un iPhone de Apple a una mujer en las calles de San Francisco. No sabía que el teléfono se estaba usando para probar una nueva aplicación de rastreo GPS en tiempo real, y la mujer que lo sostenía era una pasante de la compañía de software Covia Labs con sede en Mountain View, California. El director general de la empresa, David Khan, había enviado al pasante para hacer una demostración del software. El ladrón, identificado como Horatio Toure, agarró el teléfono y huyó del lugar en una bicicleta. Sin embargo, Khan pudo rastrear cada movimiento del teléfono usando un mapa en vivo en su computadora. Nueve minutos después, la policía detuvo a Toure y el interno lo identificó positivamente como el ladrón.
En mayo de 2016, Nicole Vander Heyden salió con amigos a pasar una noche en la ciudad, pero no regresó a casa. La encontraron muerta en un campo un día después. El principal sospechoso de su asesinato era su novio, Doug Detrie, que vivía con ella porque se encontró sangre en su coche y garaje. Además, se demoró en denunciar su desaparición.
Sin embargo, cuando fue entrevistado y arrestado, Detrie llevaba un dispositivo Fitbit que registraba datos sobre sus actividades durante el tiempo que Vander Heyden fue asesinado. Los datos mostraron una historia diferente, que finalmente ayudó a liberarlo de los cargos. La evidencia crucial que ayudó a Detrie fueron los datos de geolocalización IP de su dispositivo Fitbit. Estos datos mostraron que Detrie estaba en casa en el momento del asesinato, y no en el lugar donde se encontró el cuerpo de Vander Heyden. Los datos demostraron que no pudo haber cometido el delito, lo que llevó a su liberación de la custodia 18 días después de su arresto.
En conclusión, el uso de la tecnología de geolocalización IP desempeñó un papel fundamental en la absolución de Doug Detrie de un cargo de asesinato y garantizar que el verdadero autor del crimen no quedara impune.
MaxMind es una empresa que brinda servicios de geolocalización IP a empresas y agencias gubernamentales. En 2016, la empresa fue demandada por una mujer en Kansas que afirmó que la base de datos de geolocalización de MaxMind había identificado incorrectamente su casa como la ubicación de cientos de transacciones fraudulentas. Resultó que MaxMind había utilizado la ubicación de una granja cercana como la ubicación predeterminada para todas las direcciones IP que no podía señalar en una ubicación específica. Como resultado, la casa de la mujer se había convertido en la ubicación predeterminada de muchas direcciones IP que en realidad estaban ubicadas en otros lugares. El caso destaca los peligros potenciales de confiar en un único proveedor de geolocalización de IP para el análisis de datos.
Datos de Google sitúan a un hombre inocente en la escena de un crimen:
En 2020, un hombre llamado McCoy se convirtió en el principal sospechoso en una investigación de robo después de que la policía usara una orden de geovalla para ubicar dispositivos cerca de la escena del crimen. El teléfono Android de McCoy, que estaba vinculado a su cuenta de Google, había sido ubicado cerca de la escena del robo tres veces en una hora mientras recorría su vecindario durante su entrenamiento. La policía recurrió a Google para identificar a los usuarios cuyos dispositivos estaban ubicados cerca de la escena del crimen, incluidas personas inocentes que pueden no haber tenido nada que ver con eso.
En el caso de McCoy, recibió una notificación del equipo de soporte de investigaciones legales de Google, informándole que la policía local había exigido información relacionada con su cuenta de Google. McCoy recibió siete días para comparecer ante el tribunal si quería bloquear la publicación de esos datos. Esta experiencia dejó a McCoy aterrorizado, a pesar de que no había hecho nada malo.
Este caso destaca la gran cantidad de datos de ubicación que las empresas como Google recopilan de sus usuarios, que pueden ser utilizados por las fuerzas del orden en las investigaciones. Es posible que los usuarios no sepan el alcance de los datos que se recopilan de sus dispositivos y cómo podrían usarse en su contra en el futuro. En general, este caso muestra que la tecnología de geolocalización IP tiene un lado oscuro, y existe la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad en la forma en que las agencias de aplicación de la ley y las empresas de tecnología la utilizan.
Tor es una red que permite a los usuarios navegar por Internet de forma anónima al enrutar su tráfico a través de una serie de servidores en todo el mundo. En 2015, un hombre en Austria fue arrestado luego de que un servicio de geolocalización de IP identificara su nodo de salida Tor como la fuente de un ciberataque. Resultó que el hombre era inocente y no estaba involucrado en el ataque. Simplemente había estado ejecutando un nodo de salida Tor, que fue utilizado por el atacante para enrutar su tráfico. Aún así, fue clasificado como cómplice del crimen, lo que destaca los riesgos potenciales de ejecutar un nodo de salida Tor y las limitaciones de la geolocalización de IP para identificar la fuente de los ataques cibernéticos.
En 2018, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue objeto de un ataque con drones durante un discurso público. El ataque se llevó a cabo utilizando drones que sobrevolaron el evento y detonaron explosivos. El gobierno venezolano utilizó la geolocalización de IP para rastrear la ubicación de los drones e identificó a varios sospechosos. Sin embargo, más tarde se supo que las direcciones IP utilizadas por los drones estaban falsificadas, lo que hacía imposible determinar su verdadera ubicación. La historia muestra cómo se puede manipular la geolocalización de IP y las posibles limitaciones de la tecnología en situaciones de alto riesgo.
La geolocalización de IP es una poderosa herramienta que se ha utilizado para rastrear ciberdelincuentes, localizar dispositivos perdidos o robados y mejorar la precisión del análisis de datos. Sin embargo, las historias descritas en este artículo resaltan los posibles riesgos y limitaciones del mal uso de la geolocalización de IP. Como con cualquier tecnología, la geolocalización IP debe usarse de manera responsable y/o en conjunto con otras herramientas y métodos para garantizar la precisión de sus resultados.
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