En la era de la rápida digitalización y el aumento de la conectividad, que transforma las economías, crea empleos y mejora las vidas incluso de las poblaciones más vulnerables, los reguladores están adoptando nuevos enfoques para abordar los ciberataques, como la asignación de fondos a la ciberresiliencia y la introducción de estándares de seguridad y mandatos de presentación de informes. Las organizaciones con una sólida presencia en línea son conscientes de los riesgos, que incluyen estafas de phishing, ataques de malware, chantaje y violaciones de datos. Es un momento crítico de mayores tensiones geopolíticas, incertidumbre económica mundial y aumento de la actividad ilegal; las empresas deben permanecer conscientes y vigilantes ante la amenaza constante de la ciberdelincuencia.
Sin lugar a dudas, existen variaciones en la prevalencia de las amenazas cibernéticas en los distintos países y tendencias similares, siendo los ataques de phishing los intentos maliciosos más frecuentes. El segundo delito cibernético más frecuente es el malware, que puede robar, cifrar o eliminar datos, alterar o secuestrar funciones de la computadora y espiar su actividad sin su conocimiento o permiso. No olvidemos los ataques DDoS
El impacto de una brecha cibernética puede repercutir en toda la cadena de suministro, creando un efecto dominó que puede causar pérdidas para el ecosistema empresarial de la empresa, que van desde interrupciones operativas hasta pérdidas financieras. Todas las capas de la arquitectura de TI tienen diferentes tecnologías que les permiten transferir datos, y esto es precisamente lo que las hace vulnerables a varios tipos de amenazas y ataques de seguridad. Algunos ejemplos de ataques populares incluyen, entre otros, captura de nodos, interferencia de hardware, ataques de canal lateral e inyección de código malicioso. Los empresarios y propietarios de empresas deben comprender la magnitud de la situación para que puedan tomar medidas y hacer que sus operaciones sean menos vulnerables.
La reputación de una empresa puede verse muy afectada en el contexto de un ciberataque, ya que el intento malicioso pone en entredicho su aparente solidez y su gestión, socavando las relaciones con las partes interesadas clave. Las organizaciones están expuestas a sufrir daños a su reputación incluso cuando no han hecho mucho mal. Los proveedores pueden no estar dispuestos a ofrecer las mismas condiciones comerciales que antes, la moral de los empleados puede caer más de lo que se puede arreglar y los reguladores pueden endurecer sus expectativas sobre la empresa e incluso sobre todo el sector. Las preocupaciones a largo plazo pueden incluir el exceso de cautela a la hora de lanzar innovaciones y la amenaza de una adquisición.
Los líderes de las organizaciones están descubriendo rápidamente cómo la transformación digital fortalece los programas y procesos empresariales de misión crítica. La transformación es imperativa. Sin embargo, se requiere un alto rendimiento de los profesionales de la tecnología informática y cibernética de la empresa. La falta de personal especializado, el mantenimiento oneroso de una infraestructura heredada insegura y los gerentes sobrecargados de trabajo con pocos recursos para aplicar nuevas iniciativas suponen un desafío incluso para los equipos más dedicados. Las empresas recurren cada vez más a proveedores de servicios gestionados (MSP) para gestionar aspectos de sus necesidades de TI como parte de un acuerdo de colaboración.
Las empresas más pequeñas tienen capacidades de TI internas limitadas, por lo que cuentan con MSP para optimizar sus negocios en la era digital, mientras que las empresas más grandes pueden recurrir a MSP para garantizar el cumplimiento de las regulaciones de la industria. Esta cobertura elimina la necesidad de que las organizaciones contraten, capaciten y mantengan personal autorizado para mantener la seguridad de manera efectiva. En pocas palabras, los servicios de seguridad administrados son servicios que realizan o brindan asistencia para actividades relacionadas con la gestión de amenazas cibernéticas, y los proveedores de dichos servicios se consideran entidades esenciales o importantes que pertenecen a un sector crítico. Algunos MSP se especializan exclusivamente en brindar servicios de seguridad para proteger a las organizaciones de intrusiones maliciosas.
El cibercrimen opera las 24 horas del día, facilitado por Internet y las tecnologías digitales, lo que requiere que un socio de TI esté presente en todo momento para vigilar la organización. Los ciberataques pueden ocurrir de innumerables formas diferentes y se multiplican a diario, lo que significa que nunca se puede estar 100 por ciento seguro, por lo que el enfoque debe estar en reducir la probabilidad y el impacto de una intrusión maliciosa exitosa. No existe una solución única en lo que respecta a la ciberseguridad, lo que significa que la ciberseguridad es una búsqueda continua para administrar y minimizar los riesgos de hacer negocios en línea. Es necesario construir una cultura de participación activa para garantizar la actividad en línea más segura.
La disrupción impulsada por la tecnología en cualquier área de la cadena de valor y el ecosistema puede tener un gran impacto en la solidez de su estrategia comercial, por lo que todos los directivos deben mejorar la colaboración y la comunicación, aumentar la productividad y acelerar los plazos. A medida que un número cada vez mayor de empresas pasan del entorno de TI tradicional a una infraestructura moderna,
Una notable evolución es la del ransomware, que se ha convertido en una industria multimillonaria dirigida principalmente a individuos, pero que no está dirigida también a empresas. Los atacantes del ransomware investigan a las víctimas en varios sitios web para determinar su valor y luego utilizan esa información para fijar el precio. Por regla general, las empresas pagan el rescate para evitar la interrupción del negocio y acelerar la recuperación de datos. Otro ámbito de preocupación son los ataques a la cadena de suministro que tienen como objetivo las dependencias de terceros de las que dependen los objetivos. Se pueden encontrar cientos, si no miles, de dichas dependencias en diversos programas, aplicaciones y servicios que atacan al usuario.
En definitiva, el panorama de las ciberamenazas incluirá sin duda técnicas más sofisticadas, como campañas avanzadas de phishing o deepfakes, para las que las empresas deben prepararse. La gestión de los riesgos cibernéticos comienza con una buena gobernanza, así que asegúrese de contar con un experto a su lado para proteger su empresa. Seguir el ritmo es una tarea abrumadora.