Como escritor Web3, tiendo a evitar temas tecnológicos profundos.
Pero cuando escuché el último anuncio de Google sobre su nuevo chip de computación cuántica, Willow, no pude apartar la mirada.
¿La afirmación que acapara los titulares?
Un problema computacional resuelto en 5 minutos que a una supercomputadora clásica le tomaría la friolera de 10 septillones de años completar.
Para ponerlo en contexto, son 10.000.000.000.000.000.000.000.000 años, un número tan grande que hace que los 13.800 millones de años de edad del universo parezcan una pausa para el almuerzo.
Naturalmente, la reacción fue inmediata: “¡La computación cuántica ha llegado para descifrar Bitcoin!”, “¡Ningún cifrado es seguro!”.
Pero no se apresuren.
La importancia de Willow no consiste en dejar obsoletos nuestros sistemas de seguridad actuales de la noche a la mañana.
Se trata de un nuevo camino a seguir: para la informática, para la ciencia y sí, para la criptografía.
Vamos a desglosarlo.
El chip Willow de Google es un gran avance en la computación cuántica.
No es el procesador cuántico más grande que existe (tiene 105 cúbits), pero lo que lo hace revolucionario es su forma de lidiar con los errores.
En las computadoras tradicionales, los bits representan un 0 o un 1.
Pero los ordenadores cuánticos utilizan qubits, que pueden representar tanto 0 como 1 simultáneamente gracias a los principios de superposición y entrelazamiento.
Esta capacidad permite a las computadoras cuánticas realizar múltiples cálculos a la vez, resolviendo potencialmente problemas que las computadoras clásicas nunca podrían abordar.
¿El problema?
Los qubits son delicados.
Se alteran fácilmente por su entorno, lo que conduce a errores.
Y cuantos más cúbits se añaden, más errores se suelen producir. Este desafío ha perseguido a los investigadores de la computación cuántica durante décadas.
Willow cambia el juego al demostrar que a medida que se agregan más qubits, el número de errores en realidad disminuye.
Esto es enorme.
Es un paso fundamental hacia la construcción de computadoras cuánticas confiables y a gran escala, del tipo que podría transformar industrias como el descubrimiento de fármacos, el desarrollo de baterías y la ciencia de los materiales.
Pero ¿dónde deja esto a Bitcoin y a la seguridad de las criptomonedas?
El temor es simple: las computadoras cuánticas podrían, teóricamente, romper los algoritmos criptográficos que protegen a Bitcoin y otras criptomonedas.
Bitcoin se basa en dos elementos clave de cifrado:
1 - SHA-256 para minería.
2 - ECDSA (Algoritmo de Firma Digital de Curva Elíptica) para firmas de transacciones.
Las computadoras cuánticas podrían, en teoría, forzar la ejecución de estos algoritmos, volviendo vulnerables las billeteras y las transacciones.
Si alguien pudiera descifrar el ECDSA, podría robar fondos falsificando firmas.
Pero la cuestión es la siguiente: Willow no es ese ordenador cuántico. Todavía no.
Según expertos en tecnología, incluido Kevin Rose (exgerente de productos de Google), para descifrar el cifrado de Bitcoin se necesitaría una computadora cuántica con alrededor de 13 millones de qubits, muy lejos de los 105 qubits de Willow.
Entonces, no, no necesitas vender tu Bitcoin y desconectarte de la red todavía.
Aunque hoy Willow no puede romper el cifrado de Bitcoin, es una llamada de atención.
Esto demuestra que la computación cuántica no es una fantasía de ciencia ficción y que está evolucionando rápidamente.
Y cada avance, como la reducción de errores de Willow, nos acerca a un mundo donde las computadoras cuánticas podrían representar una amenaza real para la criptografía actual.
https://x.com/adamscochran/status/1866314726030143606
El plazo se está acortando El capitalista de riesgo en el sector de las criptomonedas, Adam Cochran, lo expresó sucintamente: los avances en computación cuántica han acortado en 20 años el plazo de las amenazas cuánticas a Bitcoin. Otro avance como Willow y podríamos estar ante una ventana de 10 años para prepararnos.
No se trata sólo de Bitcoin.
Ethereum, los contratos inteligentes y otros sistemas basados en blockchain dependen de protecciones criptográficas similares.
La computación cuántica podría poner en peligro todo el ecosistema Web3 si no estamos preparados.
Afortunadamente, la comunidad criptográfica no se ha quedado de brazos cruzados.
Ya se está debatiendo sobre la criptografía postcuántica: métodos de cifrado diseñados para resistir ataques cuánticos.
Expertos en criptomonedas como Emin Gün Sirer, cofundador de Ava Labs, han sugerido medidas prácticas para proteger Bitcoin:
A - Eliminación de formatos obsoletos
Los primeros Bitcoins, minados por Satoshi Nakamoto, utilizan un formato antiguo llamado P2PK (Pago a clave pública).
A diferencia de las billeteras modernas, este formato expone claves públicas, lo que lo hace vulnerable a un futuro descifrado cuántico.
Sirer recomienda congelar estas monedas o establecer una fecha de caducidad para las transacciones P2PK.
B - Implementación de algoritmos post-cuánticos
La transición de Bitcoin a algoritmos resistentes a la tecnología cuántica es compleja pero factible.
Probablemente se requeriría una bifurcación dura y una adopción generalizada de un nuevo software de billetera.
El cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, ya ha propuesto una estrategia para la transición de Ethereum a la seguridad postcuántica.
Implicaría una bifurcación dura y la cooperación de los usuarios para actualizar las billeteras, pero es un plan claro y viable.
Si bien la amenaza a la seguridad de las criptomonedas es real, la computación cuántica no se trata solo de romper cosas, sino de crear nuevas posibilidades.
Imagine un mundo donde las computadoras cuánticas puedan:
Simular reacciones químicas complejas para descubrir medicamentos que salven vidas.
Optimizar los diseños de baterías para ampliar la autonomía de los vehículos eléctricos.
Sistemas financieros modelo para prevenir desplomes del mercado. Estos avances podrían transformar industrias y generar un valor incalculable. Y sí, la Web3 también podría beneficiarse.
La computación cuántica podría conducir a cadenas de bloques más seguras, algoritmos de consenso más rápidos y sistemas descentralizados que sean verdaderamente irrompibles.
Willow de Google no está aquí para matar a Bitcoin, está aquí para recordarnos que la tecnología evoluciona y que nosotros debemos evolucionar con ella.
Si estás en Web3, ahora es el momento de:
¿Qué piensas sobre la amenaza cuántica para las criptomonedas? ¿Estamos preparados o es hora de apretar el botón de pánico?