En este momento, prácticamente no quedan industrias que no hayan sido afectadas por la penetración de la IA. Desde las finanzas hasta la atención médica, desde la manufactura hasta la educación, los sectores están presenciando nada menos que una revolución impulsada por la IA, una revolución que está transformando el panorama de las operaciones organizacionales, particularmente en términos de cómo se toman las decisiones.
A medida que las empresas aprovechan cada vez más el poder de la analítica basada en IA para acceder a grandes volúmenes de datos, surgen preguntas complejas. ¿Cuánta IA es demasiada? ¿Cómo podemos combinar mejor la experiencia, el ingenio y el instinto humanos con el aprendizaje automático y los modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM)? Es probable que estas preguntas den lugar a un intenso debate durante muchos años.
Una cosa que no se puede negar es la utilidad y el poder de la IA: incluso el escéptico más ardiente debe reconocer a regañadientes el impacto potencialmente enorme de la tecnología en la productividad, incluso si lamenta el efecto posterior en, por ejemplo, los empleos humanos o los salarios.
El tema más comentado sobre el efecto de la IA en las empresas es su capacidad para reducir la dependencia del trabajo manual. Este artículo no se centrará en las ramificaciones morales de esta tendencia, sino que analizará el impacto de la tecnología en las propias organizaciones.
El ejemplo más obvio de la IA en acción son los agentes de atención al cliente digitales, que se utilizan cada vez más para reemplazar a los operadores humanos. Estos agentes de chatbots están capacitados para atender consultas comunes de los clientes y brindan asistencia las 24 horas del día, los 7 días de la semana, manejando principalmente consultas rutinarias con una eficiencia sin precedentes. Un informe de McKinsey
El monitoreo de procesos de producción en tiempo real, la contabilidad automatizada y la presentación de informes regulatorios simplificados son solo algunos otros ejemplos de cómo la IA está transformando las funciones comerciales tradicionales. En cuanto al impacto en los lugares de trabajo en sí, el informe de PwC
La encuesta de PwC muestra que el 84% de los directores ejecutivos cuyas empresas han comenzado a adoptar la IA creen que esta aumentará la eficiencia de los empleados. Además, el 70% de los líderes prevén que la IA cambiará significativamente la forma en que sus empresas crean, entregan y capturan valor en los próximos tres años.
La IA puede analizar grandes volúmenes y automatizar procesos que llevarían mucho tiempo a cabo para un ser humano, pero ¿qué pasa con la toma de decisiones significativas? ¿Puede un sistema impulsado por IA realmente tomar decisiones fundamentadas sobre cuestiones de contratación, presupuestos, etc.?
De hecho, estos llamados contratos inteligentes pueden gestionar una variedad de operaciones no deterministas, incluido el procesamiento del lenguaje natural y la realización de juicios complejos sin intervención humana. De hecho, son lo suficientemente flexibles como para incorporar múltiples marcos legales, lo que significa que incluso podrían usarse para tomar decisiones matizadas en materia de jurisprudencia.
Este agosto, los inversores
La forma en que se toman las decisiones es mediante una estructura organizativa que resulta familiar para quienes trabajan en blockchain: las DAO, u organizaciones autónomas descentralizadas. La diferencia es que con GenLayer las DAO están impulsadas por IA. Este avance representa un nuevo paradigma en la gestión organizacional, que ofrece medios de toma de decisiones más transparentes, eficientes y basados en datos.
Cualquier organización que dependa de datos en tiempo real para tomar decisiones (prácticamente todas las empresas, en realidad) puede aprovechar GenLayer para tomar decisiones que, de otro modo, recaerían sobre los hombros de los ejecutivos. Armada con información precisa obtenida de Internet, la DAO puede incluso tomar decisiones que concuerden con una constitución codificada directamente en su contrato inteligente.
En el siglo XIII, el Consulado del Mar proporcionó un marco legal unificado para el comercio marítimo transfronterizo. Lo que GenLayer espera lograr es el estatus de consulado en la era de la IA, ofreciendo una jurisdicción global y adaptable que permita un comercio eficiente y seguro impulsado por la IA.
La capacidad de la IA para procesar enormes conjuntos de datos y hacerlo con rapidez la convierte en el sistema o herramienta perfecto para la toma de decisiones. Después de todo, no todos los juicios pueden basarse únicamente en cálculos. Si bien algunas decisiones pueden delegarse en la IA, otras requieren la intervención humana. No obstante, incluso en el segundo escenario, la IA desempeña un papel al presentar al responsable de la toma de decisiones la gran cantidad de datos y conocimientos necesarios para tomar la decisión correcta.
La frase “toma de decisiones impulsada por IA” es apropiada: la IA sigue siendo una herramienta, y su integración en los procesos organizacionales, junto con el surgimiento de tecnologías como GenLayer, promete generar una nueva era dinámica de eficiencia operativa.
A medida que avanzamos en este panorama cambiante, es fundamental que los líderes de las empresas y los gobiernos se mantengan informados sobre estas tecnologías y consideren cómo se pueden aprovechar para crear valor, mejorar la toma de decisiones e impulsar la innovación. Si bien aún quedan desafíos y preguntas, los beneficios potenciales de la IA y las tecnologías de cadena de bloques inteligentes son inmensos.
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Divulgación de intereses creados: este autor es un colaborador independiente que publica a través de nuestro