Los videojuegos tienen esta habilidad única de transportarnos a mundos caprichosos ricos en personajes interesantes e historias de primer nivel. La mayoría de los videojuegos tienden a ser niveles y escenarios hechos a medida diseñados para ofrecer el mismo grado de diversión y emoción que esperamos de un género determinado. Pero una pizca de aleatoriedad, o elementos de juego aleatorios, pueden cambiar la dinámica de tales juegos. Para algunos géneros, la aleatoriedad de este tipo que distorsiona el juego solo sirve para su beneficio. Fomenta la repetición de partidas, crea diferentes experiencias de juego memorables y, como resultado, promueve la longevidad general de un juego.